viernes, 15 de enero de 2010

ZAPATILLITAS IGUALES

"Clara y Ana constituían un binomio indisoluble, una especie de animal bicéfalo, un engranaje matrimonial sin fisuras. Nadie hablaba de la una o de la otra como entes autónomos; se referían a ellas como ClarayAna, una masa compacta que había perdido el uso del singular. Tal grado de simbiosis habían alcanzado que, hasta la menstruación les llegaba al mismo tiempo.

-¿Ya nos tiene que venir la regla? -solía preguntar Clara, que era más despistada en cuestiones domésticas. Y Ana le respondía con paciencia:

-La semana que viene.

Usaban pijamas con el mismo diseño, a rayas, una en tonos azules y la otra en tonos verdes, de algodón cien por cien, por supuesto; y zapatillitas iguales. En definitiva, qué es el amor sino eso: zapatillas iguales."
(Lola Van Guardia, "Plumas de doble filo")


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Pueden resultar entrañables imágenes como ésta pero yo, pese a que tengo a mi amor en la otra punta de España y a lo mucho que puedo llegar a echarla de menos, no estoy muy segura de querer acabar llevando zapatillitas iguales.

Es cierto que me enamoré de ella por todos los lugares comunes que hay entre nosotras y me resulta tierno y divertido cuando nos leemos el pensamiento y nos quitamos la palabra de la boca, pero necesito saber que no estoy hablando con mi propia imagen reflejada en el espejo y, sobre todo, necesito ese punto de imprevisibilidad que me sorprenda.

Me encanta que compartamos la misma pasión por los libros y por la poesía, pero más me gusta el poder reconocer que ella es mucho mejor poeta que yo. Me encanta que estemos de acuerdo en muchas cosas importantes pero disfruto cuando surgen esos puntos de discrepancia que enriquecen el pensamiento. Me encanta que compartamos las mismas costumbres y el mismo estilo de vida pero es una gozada verla saborear con deleite un magret de pato con dátiles , pese a que yo soy vegetariana, y me resulta enternecedor verla bostezar a las diez de la noche mientras yo estoy aún a esas horas con los ojos como platos.

Por eso, sé que nunca llevaremos zapatillitas iguales. Por eso y porque yo voy, casi siempre, descalza.

3 comentarios:

jacaranda dijo...

Tú descalza y ella sólo con los calcetines puestos. Lo de las zapatillas está complicao :D

Olga dijo...

El amor es personal y diferente. A uno les enamora lo igual y a otras lo complementario.
Lo importante es que la otra persona opine lo mismom ;-)

lapizero dijo...

Jo que risa me ha entrado con lo de las zapatillas, me he mirado las mias y luego las de ella..ERAN IGUALES, ja ja. pero ella y yo somos muy distintas, por eso la quiero, sino que aburrido no???