jueves, 25 de noviembre de 2010

TÚ NO TIENES LA CULPA

Tú no tienes la culpa de su infancia infeliz ni de sus frustraciones no resueltas. No has tenido nada que ver con su mal día en el trabajo. No eres responsable de su salud emocional. No es asunto tuyo si no es capaz de quererse a sí mismo. No es de ti de quien depende su felicidad. Su inseguridad ya venía en el lote.

No dejes que te convenza de lo contrario.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LO QUE PERMANECE

Cumplir años te va dando una nueva perspectiva vital. Si además has sobrevivido a experiencias tan fuertes como un cáncer de mama o trece años de maltrato tanto físico como psicológico o... (pon aquí lo que se te ocurra), acabas llegando a la conclusión de que cualquier cosa que te suceda después es peccata minuta en comparación con todo eso. Pero no por ello dejas de ser humana ni te vuelves insensible.

Personalmente, las enseñanzas más valiosas que he extraido de todo aquello es la capacidad de quererme más y entregarme a fondo en todo lo que vivo en el momento y, sobre todo, la habilidad para disfrutar de lo que aún permanece cuando siento que he perdido otras cosas.

No tengo ningún problema en reconocer que lloro cuando me hacen daño, que tengo mis días nublados en los que no estoy para nadie y que me permito ser sensible y expresar mis sentimientos por negativos que sean. Pero también sé apreciar cuándo es el momento de empezar a ir caminando sin muletas.

Tras la última caída, sé que ese momento es ahora aunque aún me duela al andar pero, al menos, ya puedo mantenerme erguida porque prefiero pensar en mis pequeños triunfos diarios que en una derrota pasada y porque me apetece más disfrutar de todo lo que aún me queda que deprimirme por lo que ya no está.

Me siento afortunada de tener tantos amigos, de que mis seres queridos estén bien, de que quienes no están tan bien sigan por lo menos estando, de tener un trabajo estresante pero que me deja el resto del día libre, de sentir curiosidad por todo y no aburrirme nunca, de poder leer mis libros favoritos...

Por eso, prefiero quedarme con lo que aún permanece: bellos recuerdos, maravillosos amigos comunes, muchas ganas de hablar, un gran respeto y cariño, la certeza de lo mucho que me quiso y un reconfortante sentimiento de paz y de valor.

Por eso y porque, pese a su ausencia, aún es capaz de sacar lo mejor de mí misma.

jueves, 18 de noviembre de 2010

NO ES SÓLO UNA PÁGINA EN BLANCO

Saco un nuevo folio mientras enciendo otro cigarrillo y aprieto los dientes cuando miro todas las bolas de papel que durante estos días he ido lanzando contra la pared de atrás. Vuelvo a agarrar el pilot en un renovado intento de atrapar las palabras que asustadas siguen volando en círculos sin osar posarse.

Empiezo a escribir y otra vez aparecen las mismas dudas. No sé qué contar que no resulte triste, desangelado, decepcionante...


Indago de nuevo entre mis recuerdos y sólo encuentro su nombre, el paisaje lunar de su espalda, su sonrisa de niña pequeña, sus manos de muñeca, su mirada de mar, su regazo de madre tierra, su ausencia...


Busco inspiración en todas las cosas que hago cada día para huir de la nostalgia, en la variedad de música que escucho, en la multitud de personas con las que hablo, en los diversos actos públicos a las que asisto, en los largos paseos que doy y en los diferentes libros que leo pero sólo acuden a mi pluma los momentos en los que me siento a descansar y la tristeza vuelve, en los despertares tempranos en los que la angustia ataca a traición.


No es sólo una página en blanco. Es el dolor que se embosca para saltar a mi espalda en cuanto bajo la guardia.