jueves, 24 de junio de 2010

UN MERECIDO FINAL

Fotógrafa: Frantic (Zaragoza, junio 2010)

Porque hay cosas en la vida que no merecen otro final. Gracias a quienes estuvisteis a mi lado en esos momentos.

lunes, 21 de junio de 2010

¡QUÉ PARADOJA!

Estos días me estoy dando cuenta de un fenómeno que a mí me resulta bastante curioso. Observo que personas a las que, habitualmente, no les gusta el fútbol e incluso, se permiten poner el grito en el cielo cuando la prensa cuenta lo que ha costado el último fichaje del cualquiera de los dos grandes, ahora se están tragando todos los partidos del mundial sin apenas excepciones. Pero lo más divertido de todo es que yo, que soy futbolera de pro, este año estoy pasando tanto del mundial como de comer carne. ¿Me creeríais si os dijese que aún no he visto ningún partido y que tampoco pierdo el sueño por lo que queda de campeonato? Pues hacedlo aunque os cueste porque es la verdad.
Estoy segura de que mi hermana me diría: "Si es que estás hecha toda una anarquista".

sábado, 12 de junio de 2010

INVOCANDO A LA POESÍA, MÁS NECESARIA QUE NUNCA

Llamo a los poetas (Miguel Hernández)
Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre
y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra:
tal vez porque he sentido su corazón cercano
cerca de mí, casi rozando el mío.
Con ellos me he sentido más arraigado y hondo,
y además menos solo. Ya vosotros sabéis
lo solo que yo voy, por qué voy yo tan solo.
Andando voy, tan solos yo y mi sombra.
Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:
por lo que enloquecemos lentamente.
Hablemos del trabajo, del amor sobre todo,
donde la telaraña y el alacrán no habitan.
Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra.
Dejemos el museo, la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
Ya sé que en esos sitios tiritará mañana
mi corazón helado en varios tomos.
Quitémonos el pavo real y suficiente,
la palabra con toga, la pantera de acechos.
Vamos a hablar del día, de la emoción del día.
Abandonemos la solemnidad.
Así: sin esa barba postiza, ni esa cita
que la insolencia pone bajo nuestra nariz,
hablaremos unidos, comprendidos, sentados,
de las cosas del mundo frente al hombre.
Así descenderemos de nuestro pedestal,
de nuestra pobre estatua. Y a cantar entraremos
a una bodega, a un pecho, o al fondo de la tierra,
sin el brillo del lente polvoriento.
Ahí está Federico: sentémonos al pie
de su herida, debajo del chorro asesinado,
que quiero contener como si fuera mío,
y salta, y no se acalla entre las fuentes.
Siempre fuimos nosotros sembradores de sangre.
Por eso nos sentimos semejantes del trigo.
No reposamos nunca, y eso es lo que hace el sol,
y la familia del enamorado.
Siendo de esa familia, somos la sal del aire.
Tan sensibles al clima como la misma sal,
una racha de otoño nos deja moribundos
sobre la huella de los sepultados.
Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentidos
en todo arraigan, piden posesión y locura.
Agredimos al tiempo con la feliz cigarra,
con el terrestre sueño que alentamos.
Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
Luis, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
Hablemos sobre el vino y la cosecha.
Si queréis, nadaremos antes en esa alberca,
en ese mar que anhela transparentar los cuerpos.
Veré si hablamos luego con la verdad del agua,
que aclara el labio de los que han mentido.
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Porque hace falta un nuevo compromiso, porque la poesía se ha vuelto más necesaria que nunca, invoco al espíritu de mis amad@s poetas para volver a encontrar las palabras que se aferran temerosas al interior de mi pluma.