domingo, 23 de marzo de 2014

SUS PROPIOS MEDIOS

Imagen: Asamblea Virtual (Página de Facebook)

Compraron sus propios medios pero  solamente lograron difundir sus propios miedos.

sábado, 22 de marzo de 2014

SI NOS LO PROPONEMOS...

Imagen: atualcanceblog.es

"Dirán que dos y dos son cuatro
cuando tú y yo sabemos
que dos y dos pueden ser cuatrocientos,
cuatro mil, cuatrocientos mil
si nos lo proponemos."
(Marta Navarro)


Si nos lo proponemos podemos dar mucho miedo. De hecho lo damos. Por eso cambian las leyes para intentar atarnos y amordazarnos, por eso se arman hasta los dientes, por eso creen que no existimos si no nos nombran.

miércoles, 19 de marzo de 2014

NO NOS TOMAN EN SERIO NI PARA CRITICARNOS

Por más que lo intento, no logro entender por qué, para criticar o mostrar desacuerdo con los actos u opiniones de una mujer, se reduce todo a calificar su aspecto físico llamándola fea o su conducta sexual llamándola puta. Ejemplos palmarios son los de ciertos sindicalistas, que dicen apoyar a los imputados por los falsos ERE e insultan de esta manera a la jueza que lleva el caso, y los de comentaristas que acabo de leer en Facebook metiéndose con la cara de la primera dama de Uganda cuando lo verdaderamente criticable son sus recientes declaraciones homófobas.

domingo, 2 de marzo de 2014

AQUELLA INOCENCIA OLVIDADA


"No, mamá. Voy a quedarme aquí a terminar mi desayuno."
(Deborah Kerr en Separate Tables)


Hoy he vuelto a sentirme como una reencarnación de Proust y es que, a veces, cualquier gesto, por pequeño que sea, es capaz de recrear tal torbellino de recuerdos que el viaje en el tiempo llega a ser vertiginoso.

Hace una hora, estaba aliñando una ensalada para acompañar mi tortilla de patatas y, de repente, me he visto con treinta años menos, en aquella mesa llena de criaturas que mi padre había mandado fabricar ex profeso para que cupiéramos tod@s. Cenas multitudinarias, remojadas con un gran vaso de gaseosa, en las que yo partía la tortilla a daditos y la enterraba con la ensalada para que así se enfriara antes. Cenas bulliciosas en las que yo, atravesando una de mis muchas y sempiternas rachas de melancolía, comía en silencio sintiéndome, nunca supe por qué, como aquella apocada Sibyl de Mesas Separadas.

Años después, sigo sintiendo un cariño especial por Sibyl y, cada vez que veo esta película, me emociona  la ternura que desprende su personaje.

Seguro que hoy la tortilla sólo ha sido una excusa para reconfortarme con la inocencia olvidada.