"No hay dificultad que suficiente amor no venza. No hay enfermedad que suficiente amor no cure. No hay puerta que suficiente amor no abra. No hay muro que suficiente amor no derribe. Y no hay pecado que suficiente amor no redima. No importa losprofundamente asentado que esté el problema ni lo desesperanzador que parezca. No importa lo enredada que esté la maraña ni lo enorme que sea el error. La comprensión del amor lo disolverá todo. Y si tú pudieras amar lo suficiente, serías la persona más feliz y poderosa del mundo".
(Emmet Fox, escritor y ministro de la iglesia de la Ciencia Divina)
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Leí este fragmento hace unos quince años, en una época en la que me sentía tan perdida hasta el punto de haber perdido tanto mi singularidad como mi propio criterio. Era una época en la que pasé tanto miedo que necesitaba buscar respuestas en cualquier sitio que ellas pudieran encontrarse.
Ahora, he vuelto a retomar este texto pero no porque vuelva a sentirme mal, sino quizás porque necesito saber de dónde vengo para no regresar allí nunca más. A veces se me hace preciso recordar que aprender a amar y a amarme en un proceso que dura toda la vida y que nunca sabré lo suficiente como para poderme permitir olvidarlo.
Olvidar la propia historia es condenarse a repetirla y hay que recordar siempre de donde se viene porque, muchas veces, es mejor no volver jamás a ese lugar.
Leí este fragmento hace unos quince años, en una época en la que me sentía tan perdida hasta el punto de haber perdido tanto mi singularidad como mi propio criterio. Era una época en la que pasé tanto miedo que necesitaba buscar respuestas en cualquier sitio que ellas pudieran encontrarse.
Ahora, he vuelto a retomar este texto pero no porque vuelva a sentirme mal, sino quizás porque necesito saber de dónde vengo para no regresar allí nunca más. A veces se me hace preciso recordar que aprender a amar y a amarme en un proceso que dura toda la vida y que nunca sabré lo suficiente como para poderme permitir olvidarlo.
Olvidar la propia historia es condenarse a repetirla y hay que recordar siempre de donde se viene porque, muchas veces, es mejor no volver jamás a ese lugar.
6 comentarios:
No creo que nunca se te olvide amar. Y para amarte ya estamos las dos ;)
Besos.
Te quiero, mi niña. Eso sí que no se me olvida.
Acabo de descubrir tus blogs.
He quedado atrapada, casi puedo oler tus sentimientos, todas tus palabras me recuerdan otra vida que añoro y aún no sé si podré rescatar.
Luego os he descubierto a las dos. Me preguntaba quién sería ella, quién alimenta despierta tanta ternura y alimenta tu cariño. Quién sería ella, por qué te levantas por las mañanas libre como el viento y VIVES con todas las letras.
Yo soy una chica 20 años más joven que tú pero, por lo que veo, parecida en algunas cosas esenciales a ti. Ojalá pudiera conocerte y hablar un poco. Lo necesito, y para estas cosas no vale cualquiera.
Si pudiera contactar contigo y hablar un poco en privado, te lo agradeceré siempre.
Un abrazo fuerte a las dos. Aunque no nos conozcamos.
Gracias por lo que me toca.
No sé exactamente qué puedo hacer por ti pero, si quieres, puedes escribirme a mi correo:
franticstanger@gmail.com
Un saludo.
Es curioso, algunas veces buscamos cosas. Y puede que lo que encontremos deba ser almacenado para reutilizarlo en el futuro.
Y entonces, la lectura que haces es distinta. Porque tú eres distinta. Pero te recuerda aquel momento, lo evaluas, lo analizas, lo sientes y vuelves a aprender algo nuevo de ti.
Me gustan mucho las palabras que nos has regalado.
"Si pudieramos amar lo suficiente..."
Ese texto que a ti te impresionó me deja preguntándome cómo el amor cura la enfermedad...
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