He reconocido, por fin, mi imagen en el espejo porque, tras las lágrimas, mis ojos y mi sonrisa siguen siendo los mismos de siempre.
He vuelto a ver a esa niña desmañada y de andares desgarbados, que tropezaba al saltar a la comba, prefería leer a jugar con muñecas y aborrecía la sopa.
He saludado a esa joven huraña, que estudiaba escuchando a Queen y a Scorpions, se sentaba en Zocodover a observar a la gente, tenía más amigos que amigas y adoraba ir al cine sola.
Me he reencontrado con esa mujer enamorada, llena de sueños e ilusiones, y una mirada que se empaña de emoción cuando se vuelve hacia el sur.
Bienvenidas a casa. Os he echado tanto de menos...
He vuelto a ver a esa niña desmañada y de andares desgarbados, que tropezaba al saltar a la comba, prefería leer a jugar con muñecas y aborrecía la sopa.
He saludado a esa joven huraña, que estudiaba escuchando a Queen y a Scorpions, se sentaba en Zocodover a observar a la gente, tenía más amigos que amigas y adoraba ir al cine sola.
Me he reencontrado con esa mujer enamorada, llena de sueños e ilusiones, y una mirada que se empaña de emoción cuando se vuelve hacia el sur.
Bienvenidas a casa. Os he echado tanto de menos...
2 comentarios:
Hace mucho que al mirarme la espejo no me encuentro a mi mismo. Veo a otra persona... Seria y triste. Muy triste. Cosas de la vida, supongo. Gracias por tu optimismo ;) Un besazo.
Lo que uno ve al mirar el espejo cambia con los días y con la edad.
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