Yo me levanto primero, ella duerme plácidamente; desayunamos juntas, ella tostadas con mantequilla, yo, con tomate y aceite; yo empujo el carro del súper, ella lo va llenando; ella prefiere ver un rato la tele, yo zarceo en el ordenador; hoy ella comerá un filete a la plancha, yo prefiero una ensalada; ella calienta la leche, a mí me gusta el colacao bien frío; yo he visto "Ágora" sin apenas parpadear y ella refugia su mirada en mi hombro cuando hay escenas que no le gustan...
Pero, sean las cosas que nos distinguen, son muchas más las que nos unen. Me encanta saber que sólo tengo que levantarme del ordenador y acercarme donde está ella, sorprenderla por detrás con un beso en el cuello y disfrutar de ese segundo mágico e irrepetible que será sólo nuestro.
Sé que ahora sólo son vacaciones, que pronto volveré a Zaragoza y volveré a echarla de menos; sé que cuando vivamos juntas tendremos que compartir también la diferencia de horarios, la mala leche que traigamos del trabajo, la limpieza del piso y todos esos imponderables que hacen de la vida algo real y tangible. Pero ahora, estoy probando cómo sería la vida que viviría con ella y lo que estoy viendo me encanta.
Ésa y no otra es la vida que yo quiero vivir. Sólo porque está ella.
Pero, sean las cosas que nos distinguen, son muchas más las que nos unen. Me encanta saber que sólo tengo que levantarme del ordenador y acercarme donde está ella, sorprenderla por detrás con un beso en el cuello y disfrutar de ese segundo mágico e irrepetible que será sólo nuestro.
Sé que ahora sólo son vacaciones, que pronto volveré a Zaragoza y volveré a echarla de menos; sé que cuando vivamos juntas tendremos que compartir también la diferencia de horarios, la mala leche que traigamos del trabajo, la limpieza del piso y todos esos imponderables que hacen de la vida algo real y tangible. Pero ahora, estoy probando cómo sería la vida que viviría con ella y lo que estoy viendo me encanta.
Ésa y no otra es la vida que yo quiero vivir. Sólo porque está ella.