Si es cierto el estereotipo de que las personas que escribimos somos de lo más desordenado, está claro que yo doy el perfil correcto.
No pretendo justificarme ni echarle la culpa a la falta de un cuarto propio para escribir pero me resulta imposible mantener el orden en un espacio tan pequeño cuando tengo que compartirlo con mi hijo y, además, en él voy dejando todo lo que es susceptible de ser utilizado en un momento dado: papel de notas, bolígrafos, libros de consulta, el libro que esté leyendo en ese momento, objetos que pueden servirme de inspiración, el teléfono... Teniendo en cuenta que además soy de esas personas que comen delante del ordenador, tengo que dejar además sitio para la bandeja de la comida, con lo que a veces debo hacer auténticos malabarismos mientras escribo o navego por internet.
No obstante, debo reconocer que este es mi lugar favorito dentro de casa, el espacio en el que me encuentro con mi yo más auténtico y aunque sigo soñando con tener una habitación propia con estanterías llenas de libros, una mesa grande con cajones, un equipo de música y un amplio ventanal con vistas al mar, no dejo de disfrutar de mi condición de aprendiz de bohemia en mi pequeño y caótico rincón.
No pretendo justificarme ni echarle la culpa a la falta de un cuarto propio para escribir pero me resulta imposible mantener el orden en un espacio tan pequeño cuando tengo que compartirlo con mi hijo y, además, en él voy dejando todo lo que es susceptible de ser utilizado en un momento dado: papel de notas, bolígrafos, libros de consulta, el libro que esté leyendo en ese momento, objetos que pueden servirme de inspiración, el teléfono... Teniendo en cuenta que además soy de esas personas que comen delante del ordenador, tengo que dejar además sitio para la bandeja de la comida, con lo que a veces debo hacer auténticos malabarismos mientras escribo o navego por internet.
No obstante, debo reconocer que este es mi lugar favorito dentro de casa, el espacio en el que me encuentro con mi yo más auténtico y aunque sigo soñando con tener una habitación propia con estanterías llenas de libros, una mesa grande con cajones, un equipo de música y un amplio ventanal con vistas al mar, no dejo de disfrutar de mi condición de aprendiz de bohemia en mi pequeño y caótico rincón.
3 comentarios:
Uff...y dónde pones la bandeja, ¿encima del lapicero? Algo me dice que si dispusieras de una mesa grande con gavetas (o cajones) la tendrías igual de ocupada y seguiría yo imaginando tu bandeja encima de algún lapicero... ;-)
Soy nueva en tu rinconcito. Varios enlaces me trajeron hasta él. Me gusta tu blog! :-)
Te aseguro que la mía está bastante más desordenada y llena de cosas.
No dejo foto pq uno tiene una reputación y...
Un gustazo volver a saludarte.
Un abrazo fuerte.
¡Loboooo! ¡Qué alegría leerte por aquí!
Un abrazo. :)
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