sábado, 12 de diciembre de 2009

NADA QUE NO NOS MEREZCAMOS ALGUNAS VECES



Para que alguien nos pueda engañar, es necesario que los demás lo permitamos. Si no nos empeñáramos en creernos todo lo que nos cuentan sin contrastarlo antes, si no fuésemos tan cómodos y dejásemos de esperar que nos lo dieran todo hecho, si aprendiésemos a pensar por nosotros mismos y perdiésemos el miedo a ser críticos, si levantásemos la mirada de nuestro ombligo y nos diéramos cuenta de que no somos el centro del universo, si reconociéramos nuestra propia debilidad y aceptáramos nuestro propio poder, nadie más conseguiría hacer negocios a costa de nuestra integridad.

1 comentario:

pon dijo...

Y si nos diéramos cuenta de que la enfermedad no es un defecto ni es contra natura.............