lunes, 7 de diciembre de 2009

¡AY, CARIDAD!



Hace pocos días, Alfonso Saborido escribía en su blog sobre la hipocresía de las grandes firmas que, sobre todo en estas fechas, nos piden que llevemos nuestros zapatos viejos y juguetes que ya no usamos para enviárselos a quienes no tienen nada, en lugar de ser ellos mismos quienes regalen género nuevo a quienes no tienen nada mientras nos los venden caros a quienes, en teoría, sí podemos permitírnoslo.

Cierto es que la finalidad de una empresa es dar beneficios a sus propietarios y no preocuparse de las personas -por eso se llama empresa y no oenegé- y que cada persona, física o jurídica, hace con sus dineros lo que le da la gana pero no deja de resultarme llamativo el hecho, que El Roto retrata perfectamente en su viñeta, de que la gente rica necesite, de vez en cuando, hacer ver lo maravillosos que son y lo que se preocupan del prójimo como si lo de ser ricos fuese un poco a su pesar y necesitasen pedir disculpas -fingidas, por supuesto- por tener lo que tienen.

Porque, en el fondo, no es la gente rica la que se está aflojando el bolsillo para dárselo a quien no tiene nada. La gente rica sólo tiene gastos de representación: las llamadas telefónicas para reservar ese restaurante tan caro donde se celebrará esa cena a beneficio de ...(ponga aquí el lector lo que, a su juicio, proceda); la campaña publicitaria para anunciar que, por cada litro de leche que compres, ellos enviarán otro a los países pobres; la peluquería y el precioso vestido que se tendrán que poner en ese baile o ese mercadillo a beneficio de ... (usted dirá). En realidad, somos los demás quienes pagaremos esa cena a precio de oro, quienes incrementaremos las ganancias de esa empresa lechera que le permitirán poder "regalar" unos litros de leche a los pobres y quienes nos dejaremos las perras en ese mercadillo, porque, como siempre, a escote no hay nada caro.

Mientras tanto, el resto del año, la gente rica seguirá viviendo de los beneficios de sus empresas porque para eso las crearon o heredaron. Y es que ser solidario sólo da dinero un par de veces al año.

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