Esta mágnífica viñeta de Forges explica el sentimiento que me embarga cada vez más siempre que hay elecciones.
Me aburre, a la vez que me indigna, que cada partido base sus respectivas campañas en hablar de los errores del contrario, en criticar la política del otro partido, y en atribuirse méritos de los que jamás sería digno el otro partido. Sinceramente, yo preferiría que los representantes de cada partido hablasen de lo que de verdad me interesa como ciudadana, que abordasen la problemática que nos ocupa actualmente, que revelasen las prioridades que tiene el partido en materia de resolución de problemas y, sobre todo, que explicasen qué medidas concretas van adoptar sus respectivos partidos en aras de dicha resolución si resultan ser los elegidos por la ciudadanía estatal.
A veces me da por pensar que todo este circo de campañas no es sino el miedo de la clase política a reconocer que ya no tiene nada que ofrecer a un electorado cada vez más desencantado y escéptico.
Sea como sea, lo único que tengo claro es que a cinco días de las elecciones aún no sé a quien voy a votar, aunque sí a quién no, porque las respectivas campañas de los partidos votables son tan inanes que no me sacan de dudas.
Pero, de todas maneras, voy a votar. Sé que se lo debo a todos los muertos que costó el volver a tener este derecho en España.
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