Dejar de fumar tiene ciertas ventajas como una mejor salud y, sobre todo, un ahorro económico nada desdeñable; de hecho, me dedico a ir guardando en la hucha todo lo que tendría que gastarme en tabaco y es una sensación muy estimulante el poder pagarme una cena o una noche de hotel con lo que voy ahorrando.
Pero si ha habido un aspecto negativo, éste ha sido sin duda los veinte kilos que me he echado encima y de los que he decidido deshacerme después de notar que mis huesos se resienten cada vez más y que me ahogo ante el menor esfuerzo.
Perder peso, sin embargo, implica un gran trabajo físico y mental que muchos medios se empeñan en ahorrarnos a cambio de un importante desembolso económico y, sinceramente, a mí me parece obsceno pagar por perder unos kilos adquiridos gracias a una alimentación copiosa y una vida sedentaria, mientras una parte de la humanidad se muere literalmente de hambre.
Así que aquí estoy: planificando mis menús, organizando mis jornadas diarias para mantenerme ocupada y no pensar en la comida, psicoanalizando mis ataques de hambre y haciendo ingentes esfuerzos para moverme un poco más mientras intento recrearme en la imagen de una persona que, con veinte kilos menos, se siente más ágil y dinámica.
Dicen que compartir un reto hace que el proceso sea más llevadero así que, si alguien más se ha puesto como propósito el perder peso y le apetece "picarse" conmigo, será un placer aceptar el desafío.
¿Os atrevéis?
Pero si ha habido un aspecto negativo, éste ha sido sin duda los veinte kilos que me he echado encima y de los que he decidido deshacerme después de notar que mis huesos se resienten cada vez más y que me ahogo ante el menor esfuerzo.
Perder peso, sin embargo, implica un gran trabajo físico y mental que muchos medios se empeñan en ahorrarnos a cambio de un importante desembolso económico y, sinceramente, a mí me parece obsceno pagar por perder unos kilos adquiridos gracias a una alimentación copiosa y una vida sedentaria, mientras una parte de la humanidad se muere literalmente de hambre.
Así que aquí estoy: planificando mis menús, organizando mis jornadas diarias para mantenerme ocupada y no pensar en la comida, psicoanalizando mis ataques de hambre y haciendo ingentes esfuerzos para moverme un poco más mientras intento recrearme en la imagen de una persona que, con veinte kilos menos, se siente más ágil y dinámica.
Dicen que compartir un reto hace que el proceso sea más llevadero así que, si alguien más se ha puesto como propósito el perder peso y le apetece "picarse" conmigo, será un placer aceptar el desafío.
¿Os atrevéis?
2 comentarios:
Yo me puse seria hace un par de años... Perdí 17 kilos en unos 8 meses con todo el sudor de mi frente y la voluntad que nunca he tenido!! Se puede!! Lo difícil es mantenerse una vez se llega al peso que una quiere... Yo no he podido! jijiji, he cogido 7 kilos de los que había perdido y sigo batallando por volverlos a dejar atrás! Muchos ánimos!!!
Tú eres más joven que yo pero, a partir de ciertas edades, esto se convierte en una lucha constante. Yo había perdido 17 kilos por los nervios que me produjo una movida chunga que tuve en el curro y estaba la mar de bien pero dejar de fumar hace un año y echarme 20 kilos al coleto fue todo uno. A ver qué tal me va ahora. Gracias por tus ánimos.
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