Me sonrío interiormente cuando vuelvo a leer por enésima vez ese manido argumento de "si no hay orgullo hetero, ¿por qué un orgullo gay?", porque me recuerda, una vez más, a quienes dicen que, si no hay un día del hombre por qué un día para la mujer (entre ellas, la Sofi, que defiende que nunca se alcanzará la igualdad hasta que no haya un ministerio del hombre).
Y digo que me sonrío pero no porque me resulte divertido; es sólo la sonrisa cansada de quien está harta de tener que replicar una y otra vez a lo mismo, es sólo la sonrisa condescendiente de quien se ve obligada demasiadas veces a tratar con los mismos descerebrados de siempre, es sólo la sonrisa sardónica de quien trata de aguantarse las ganas de mandarlos a todos a la mierda...
Y digo que me sonrío pero no porque me resulte divertido; es sólo la sonrisa cansada de quien está harta de tener que replicar una y otra vez a lo mismo, es sólo la sonrisa condescendiente de quien se ve obligada demasiadas veces a tratar con los mismos descerebrados de siempre, es sólo la sonrisa sardónica de quien trata de aguantarse las ganas de mandarlos a todos a la mierda...
6 comentarios:
para estas personas la discriminación es invisible. por lo que piensan que la discriminación positiva tiene que ser para los que no han sido discriminados nunca.
Chuck Palahniuk es un escritor que por un día en su vida decidió sentirse diferente. Porque es un hombre caucásico, de 40 años, y no tiene tetas. Así que se puso un disfraz de conejo gigante, para sentirse como las personas de otras etnias o de otro sexo. Dice que las mujeres y las niñas lo abrazaban, quisiera o no que lo hicieran y los hombres le pegaron como nunca lo habían hecho. Hasta que terminó con un chico que trabajaba disfrazado de perrito caliente de copas, que le dijo que era su héroe. Eso es ser diferente. Así se siente y así hay personas que jamás sabrán lo que es al estar en la piel de una persona algo distinta del canon del poder.
Los otros... son unos cenutrios que no tienen la capacidad de ver. Sin más. Han tocado techo. Ni pueden ni quieren saber más allá de su sofá.
No conocía la anécdota de Palaniuk pero tomo nota, apneica, es un relato muy claro de cómo nos sentimos los invisibles o los diferentes, y de cómo es muy difícil siquiera intuirlo cuando tú no lo eres: gracias
Frantic: ¿tienes una dirección de correo donde pueda enviarte las fotos del Orgullo?
Un abrazo maja y muchas gracias.
Te voy a dejar un comentario en El Unicornio Negro y así lo pillas.
Muchas gracias :-)
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