Ya me jodió mucho que conseguir la lehendakaritza para Patxi López, implicara un pacto entre el PSE y el PP, lo cual, por otra parte, no es sino una prueba irrefutable de que la política hace extraños compañeros de cama. Pero que la presidencia del Parlamento se la hayan dado a una simpatizante del Opus, que no se ha molestado en aprender euskera (Jauregi, en su día, al menos se molestó en hacer un curso antes de la campaña electoral) y que comulga con el ala más rancia del partido, eso ha sido ya el remate de faena.
Desde luego, majos, os habéis lucido pero bien.
Desde luego, majos, os habéis lucido pero bien.
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