No siempre es tan malo tomarse un receso mientas se espera a que acudan las palabras. Mi semana de vacaciones me ha servido, si no para que la inspiración vuelva de golpe, al menos para darme cuenta de que las experiencias son como las gotas de agua sobre una tierra reseca. Hacen falta muchas gotas para que la tierra vuelva a ser lo que era pero dejarse empapar poco a poco es indispensable para que las raíces calen más hondo, para que no se abran grietas y para que nada se encharque.
Aquí estoy de vuelta, tras haber dedicado esta semana a empaparme de lluvia, no sólo metafóricamente hablando, a respirar pausadamente y a dejar que sean mis pies quienes elijan el camino a seguir. He dejado que las gotas vayan calando y pienso seguir paseando bajo la lluvia, leyendo poesía, observando el mundo con curiosidad y, ¿por qué no?, escepticismo y conservando esa transparencia que deja pasar la luz sin perder el calor.
Aquí estoy de vuelta, tras haber dedicado esta semana a empaparme de lluvia, no sólo metafóricamente hablando, a respirar pausadamente y a dejar que sean mis pies quienes elijan el camino a seguir. He dejado que las gotas vayan calando y pienso seguir paseando bajo la lluvia, leyendo poesía, observando el mundo con curiosidad y, ¿por qué no?, escepticismo y conservando esa transparencia que deja pasar la luz sin perder el calor.
2 comentarios:
Me alegra que estés de vuelta
Gracias, es un placer sentirse bienvenida.
Como verás, he hecho algunos retoques en los colores para que se vean mejor. Espero haberlo conseguido.
Un abrazo.
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