Como cada año por estas fechas, me toca sufrir el hartazgo que me produce la profusión de straightsplainers que, desde su posición de privilegio y absoluta ignorancia, se permiten decirnos a la población LGTB+ de qué manera nombrarnos y cómo, cuándo y dónde construir nuestro propio relato, sin faltar, por supuesto, ese "sesudo" argumento de autoridad de "tengo muchos amigos gays" que, además, se atreven a esgrimir.
Sinceramente, sin ningún cariño y con toda la mala leche que me cabe en el cuerpo en este momento, os digo que podéis coger esa homofilia de la que tanto presumís, y que no os creéis ni agarrando un pedo del quince, e iros con ella a la mierda.
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