Utilizar por primera vez y fuera de contexto la palabra "cáncer" para referirse a un elemento nocivo a una situación o circunstancia pudo ser, en su momento, un hábil recurso estilístico pero cuando ya se utiliza sistemáticamente como tal definición resulta reiterativo e incoherente. ¿Será ese el motivo por el que, cuando procede aplicar el término sensu stricto, se sustituye sin embargo por ese absurdo y manido eufemismo de "una larga enfermedad"?
sábado, 19 de enero de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
DOLOROSAS COINCIDENCIAS
Enrique Ruano Casanova, estudiante de Derecho; durante el gobierno franquista, fue asesinado bajo custodia policial el 20 de enero de 1969. Entre las personas que le lloraron estaba su novia, la también estudiante de Derecho Dolores González.
Javier Sauquillo Pérez del Arco, abogado laboralista; asesinado el 24 de enero de 1977 por unos pistoleros de extrema derecha, había intentado proteger de los disparos a su mujer, la también abogada laboralista Dolores González.
Que nadie hable de olvido y perdón.
jueves, 10 de enero de 2013
NO HAY EXCUSAS PARA LA INCULTURA
Ayer leía el blog de una conocida, en el que ésta transcribía literalmente un mensaje dejado por un hombre de esos a quienes el feminismo les sigue produciendo urticaria. Dicho texto habría pasado por un mensaje paternalista más si no fuese por la cantidad de faltas de ortografía y la mala sintaxis que había en el mismo. Pues bien, aún había quien trataba el bajo nivel cultural de este hombre como una justificación.
Hace meses, en una conocida red social, intervine en el grupo de ex-alumn@s de mi antiguo colegio. Treinta años después, hay mucha gente que ahora describe esa época como la mejor de su vida y alaba al entonces denostado profesorado por todo lo que han aprendido gracias a su magisterio; lástima que hay quien debió perderse muchas clases de Lengua Española, a tenor de las faltas de ortografía que siguen cometiendo la mayoría. Verbigracia, leer un "haber si reconocéis en esta foto..." a un ex-alumno que, además, ha publicado un libro es todo un insulto. Claro que, si una tiene la osadía de decir "qué pensarían nuestr@s profesor@s si, con todo lo que trabajaron con nosotr@s, vieran la cantidad de faltas de ortografías que tenéis", lo único que se encuentra son voces ofendidísimas que te replican que "no todos somos tan pijos como tú, que tienes estudios superiores".
Mire usted por dónde, yo estudié en el mismo colegio que ell@s y no he tenido faltas de ortografía desde entonces; no pasé del BUP y el COU -estudios que podía permitirse cualquiera- y casi todos mis conocimientos los he adquirido de una manera autodidacta.
Me sorprende cada vez más el hecho de que personas que son capaces de aprender a manejar un ordenador para leer un blog y responder a él, sean sin embargo incapaces de cultivarse un poco más. Me alucina que en una época en la que tener acceso a internet empieza a considerarse un bien de primera necesidad, aún haya individuos que sólo utilicen la red para cotillear en redes sociales o jugar de manera interactiva con gente a la que no conocen o con amistades con las que podrían quedar para tomar una cerveza y jugar de verdad.
Actualmente, y pese a todos los recortes, gracias a la red tenemos recursos que antes ni hubiéramos imaginado: libros de todas clases y páginas con gran variedad de contenidos -idiomas, informática, ciencias, humanidades, etc- por lo que el bajo nivel cultural que exhibe quien escribe una nota plagada de faltas de ortografía no es ya ninguna excusa para disculparlo.
Tal y como respondí en el blog al que hago referencia al principio de esta entrada, soy feminista y para nada considero que los hombres sean lo peor pero huyo de la gente que, independientemente de lo que tengan en la entrepierna, como el maestro Ciruela, sin saber leer pretendan poner escuela; lo que me interesa es el cerebro.
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Comeduras de tarro y cuelgues varios
domingo, 6 de enero de 2013
FIN DEL SIMULACRO
He pasado de puntillas sobre estos días que todo el mundo presume intensos; no tengo propósitos de año nuevo sino proyectos tangibles; no he hecho nada que sea diferente a lo que hago normalmente salvo cenar huevos fritos con patatas para Nochebuena; no he hecho ni recibido regalos de Reyes, ni siquiera he comido roscón; no sufro ahora de resaca post-navideña ni me asusta la cuesta de enero y mi único pensamiento de hoy está dedicado a la tarta de chocolate que me voy a zampar mañana por mi cumpleaños.
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