"Aún queda un sitio si me quieres acompañar."
(Barricada)
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Esta no es la primera crisis que vivo. Ya en casa de mis padres tuvimos que sortear diversas malas rachas que acabaron resolviéndose con mucho esfuerzo y sacrificio.
Quizás es por eso por lo que, sabiendo que nunca iba a poder dedicarme a lo que realmente me gustaba -la investigación científica- opté por prepararme unas oposiciones para lograr, al menos, una cierta estabilidad laboral y económica que, pese a no haberme impedido atravesar otras tormentas monetarias por motivos que no vienen al caso, me diera la oportunidad de disfrutar de una vida tranquila y poder hacer planes para un futuro al menos a medio plazo.
Tal vez por eso también acabé aprendiendo a vivir con pocas cargas materiales y a no gastar lo que no tengo, por lo que la crisis actual no me afectó lo más mínimo... hasta el momento en que el gobierno anterior decidió bajarnos el sueldo a quienes trabajamos en la administración pública y establecer medidas que pusieran en bandeja al actual ejecutivo la posibilidad de abolir de un golpe los derechos que tantos años nos ha costado conseguir a toda la ciudadanía.
Ahora tenemos una legislación en materia de empleo que permite , entre otros muchos despropósitos, que laborales como yo podamos irnos a la calle en cualquier momento, un paquete de recortes y medidas que han hecho añicos los sueños de muchas personas y han mermado hasta niveles alarmantes la calidad de vida de muchas otras, y reformas encaminadas a restringir cada vez más nuestros derechos sociales, económicos, culturales, civiles y políticos.
Pero precisamente por eso, porque sé que están robando mi futuro y el de mis hij@s siento que ya no tengo nada que perder salvo el miedo a salir a luchar a cara de perro. ¿Quién necesita el miedo en estas circunstancias?
(Barricada)
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Esta no es la primera crisis que vivo. Ya en casa de mis padres tuvimos que sortear diversas malas rachas que acabaron resolviéndose con mucho esfuerzo y sacrificio.
Quizás es por eso por lo que, sabiendo que nunca iba a poder dedicarme a lo que realmente me gustaba -la investigación científica- opté por prepararme unas oposiciones para lograr, al menos, una cierta estabilidad laboral y económica que, pese a no haberme impedido atravesar otras tormentas monetarias por motivos que no vienen al caso, me diera la oportunidad de disfrutar de una vida tranquila y poder hacer planes para un futuro al menos a medio plazo.
Tal vez por eso también acabé aprendiendo a vivir con pocas cargas materiales y a no gastar lo que no tengo, por lo que la crisis actual no me afectó lo más mínimo... hasta el momento en que el gobierno anterior decidió bajarnos el sueldo a quienes trabajamos en la administración pública y establecer medidas que pusieran en bandeja al actual ejecutivo la posibilidad de abolir de un golpe los derechos que tantos años nos ha costado conseguir a toda la ciudadanía.
Ahora tenemos una legislación en materia de empleo que permite , entre otros muchos despropósitos, que laborales como yo podamos irnos a la calle en cualquier momento, un paquete de recortes y medidas que han hecho añicos los sueños de muchas personas y han mermado hasta niveles alarmantes la calidad de vida de muchas otras, y reformas encaminadas a restringir cada vez más nuestros derechos sociales, económicos, culturales, civiles y políticos.
Pero precisamente por eso, porque sé que están robando mi futuro y el de mis hij@s siento que ya no tengo nada que perder salvo el miedo a salir a luchar a cara de perro. ¿Quién necesita el miedo en estas circunstancias?
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