Intento empatizar todo lo que puedo con las personas que me rodean tanto en el plano real como en el virtual y, si bien no me erijo en juez de nadie porque bastante tengo con intentar hacer yo las cosas lo mejor posible, procuro aprender de ellas incluyendo sus cualidades más negativas porque eso me ayuda a saber cómo no debo actuar.
Sin embargo, hay individuos capaces de sacar lo peor de mí y no son sólo los que son objetivamente malos. Llenaría folios enteros hablando de las diferentes personas a las que no soporto, tantas quizás como las que no me soportan a mí, pero si alguien merece una mención especial es esa especie de quejicas compulsivos que ni hacen ni dejan hacer. Todo les parece poco y mal, pero no hacen nada por solucionarlo y además boicotean y critican a quienes intentamos, con mayor o menor fortuna, hacer de nuestro mundo un lugar más habitable.
Personalmente, me importa bastante poco lo que la gente haga con sus vidas y nunca doy consejos si no me han sido solicitados, pero éste lo ofrezco gratis a todas estas personas que sólo parecen vivir para dar lecciones al resto: cómprate una vida, coño, las hay muy monas y baratitas.