Hacía muchísimo calor, las playas estaban abarrotadas, había un lotero que quería comprarle coquinas a su mujer, un guitarrista callejero que tocaba "Nothing else matters" y "Always somewhere", un mercadillo medieval en el Pópulo, un camarero loco que abría una manguera ante todo el que pasaba por su calle y una amiga con copas encima que se hacía un lío al decir mi nombre. Servían un delicioso ajo blanco con melón, las cervezas heladas caían una tras otra a través de nuestras gargantas, hubo caídas y mareos por el calor y, por tener, hasta tuvimos lágrimas de despedida al día siguiente. Pero el recuerdo más hermoso que conservo es la ilusión que sentimos y el amor que nos teníamos.
Un año después, la evocación de ese domingo en Cádiz me sigue emocionando hasta las lágrimas.
Un año después, la evocación de ese domingo en Cádiz me sigue emocionando hasta las lágrimas.
2 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=w_ZzeYMBZ4k
:)))
Ahora sí que me tienes llorando como una magdalena.
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