Siempre hay una canción que, por mucho que nos cueste elegir entre tantas, nos sigue pareciendo una de las más bellas; nos eriza la piel por mucho tiempo que pase y nos acompaña siempre en momentos de nostalgia y añoranza.
Nunca falta una canción que nos viene a la cabeza sin saber por qué y desencadena una cascada de recuerdos y sensaciones, nos trae a la mente el sabor de aquel café y el aroma de ese abrazo que a veces extrañamos.
Siempre nos queda una canción cuando ha desaparecido todo lo que teníamos aquel día que la escuchamos por primera vez.