Siempre me he desmarcado de eventos tales como el Día sin compras o la Hora del planeta y supongo que la gente que conoce mi activismo ecologista y social debe sentirse sorprendida por eso pero, precisamente, tal compromiso es que el que me hace ser consumidora responsable durante todo el año. También debo decir que mi espíritu libertario se niega a aceptar que me digan cuándo tengo que apagar la luz o qué días debo comprar y cuáles no.
Sin ánimo de impresionar a nadie, puedo asegurar que yo sola hago en todo el año mucho más por el planeta que toda la población de Zaragoza que hoy se ha decidido a apagar la luz entre las 20,30 y las 21,30
- Mis duchas duran en total cinco minutos escasos y siempre uso agua templada.
- Aprovechando que todas las habitaciones de mi casa dan al mismo pasillo, utilizo sólo la luz del pasillo para casi todas las actividades diarias, siempre y cuando no se trate de tareas para las que necesite luz directa -como leer o coser- y a falta de luz natural.
- Aprovecho las horas de luz natural aunque eso implique levantarme a las seis de la mañana y acostarme a las diez de la noche.
- Utilizo el ordenador siempre en modo portátil. Cuando se acaba la batería, se terminó la sesión de ordenador. A parte de gastar menos luz, esto también me sirve para pasar menos horas delante de la pantalla y para aprovechar mejor el tiempo que dedico al "ordenata".
- Como mi cocina es eléctrica, procuro organizar las comidas de forma que utilice la menor cantidad de fuegos posible y aprovechar el calor residual para rematar algunas cocciones.
- Hoy termina el plazo de tres meses que me di de moratoria de consumo y en los que sólo he comprado comida, artículos de higiene personal y productos de limpieza. El resultado ha sido un notable ahorro y la consciencia de que, en realidad, pocas cosas son verdaderamente necesarias.
En fin, me parece muy loable la intención de estas convocatorias pero de poco sirven si quienes las siguen se quedan sólo en eso. Mientras tanto, yo sigo ideando formas de vivir igual de bien pero consumiendo con más responsabilidad sin necesidad de seguir al rebaño.