domingo, 18 de abril de 2010

TARDE DE DOMINGO

Dejo sobre la mesa el libro que estoy leyendo y el cuaderno cuyas páginas guarreo en un intento de crear algo que realmente merezca la pena, para mirar por la ventana la lluvia que hoy se empeña en vestir de ausencia la tarde.

Hoy casi no habrá parejas que paseen por el parque, mi hermana no ha podido sacar hoy a las niñas y yo no consigo concentrarme en nada de lo que hago.

Sólo me apetece mirar por la ventana, observar los pasos de las pocas personas que han preferido ignorar el mal tiempo, escuchar los sonidos del tráfico y soñar con tardes de chocolate junto a ella en la cafetería de la esquina, con esa mano que roza la mía mientras leemos en el mismo salón.

Hoy, como todas las tardes de domingo que no paso junto a ella, sólo me acompaña la añoranza.

jueves, 15 de abril de 2010

NO ENTIENDO

Cada vez entiendo menos el mundo que me rodea.
No entiendo que se juzgue a las víctimas antes que a los verdugos, no entiendo que se presenten querellas por un pervertido significado de la democracia, no entiendo que haya personas tan ocupadas en joderles la vida a otras, no entiendo que el empresariado tenga tan poco respeto hacia la clase trabajadora cuando está ganando tanto dinero gracias a ella, no entiendo por qué no se valora todo lo conseguido gracias a años de lucha y se insiste en volver atrás, no entiendo por qué las personas que jugamos limpio somos una especie en peligro de extinción...

No entiendo y ya es jodido que yo, precisamente, tenga que decir que no entiendo.

domingo, 11 de abril de 2010

GRACIAS, ESPAÑA (POR LOS COJONES)

Cuando el 16 de octubre de 1998, me disponía a levantarme del sofá para hacer la cena, después de haber estado viendo, junto a mis hijos, a David Copperfield por televisión, una noticia de última hora hizo que me quedara inmóvil ante la pantalla: Pinochet acababa de ser detenido por orden del juez Baltasar Garzón.

No voy a contaros la historia porque ya la sabéis pero, independientemente del amargo final que tuvo, hay un par de cosas que me gusta recordar.

La primera es la emoción hasta las lágrimas que sentí al ver a una gran representación de la ciudadanía chilena en el exilio, congregada en Londres ante la Embajada de España, y que gritaba llena de alegría: "¡España! ¡España! ¡Gracias, España!".

La segunda es la indignación de la derecha chilena al decir que en España también había habido un régimen militar y que eso es de lo que debería ocuparse el juez Garzón.

Ahora, años después, el juez Garzón ha intentado, precisamente, ocuparse de eso pero, esta vez, pocas personas vamos a salir a la calle gritando de alegría "¡España! ¡España! ¡Gracias, España!" porque no tenemos nada que agradecer a un estado cuyo sistema jurídico permite la impunidad de los verdugos en detrimento del juez que quiere investigarlos.

Pero aunque no quieran, esta historia también la sabréis.

viernes, 9 de abril de 2010

EN EL CAMINO

Tengo la impresión de que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que me propuse un proyecto ilusionante, que no logro recordar todos los sucesivos caminos que he tenido que recorrer hasta llegar al final.

Intento mantener la ilusión a fuerza de ponerme metas, de colocar ante mi campo visual un objetivo, un hito; pero tengo la sensación de que he pasado todos estos meses esperando ansiosamente llegar a cada parada de postas sin ser capaz de disfrutar del camino, sin detenerme a contemplar el paisaje.

He fijado mi vista en el horizonte sin permitirme una mínima distracción, creyendo que mantenerme alerta en un sólo punto me haría el camino más corto, y sólo he conseguido llegar agotada al final de la jornada, sin haber aprendido nada, sin tener nada que compartir.

Es hora de pararme de vez en cuando a contemplar el paisaje, de permitirme sentarme a la sombra durante las horas de más calor, de dar conversación a las personas que me encuentro y de atreverme a desviarme de la ruta en busca del agua más fresca.

Es hora de reemprender la marcha y disfrutar del camino.