Soñé que volvía y volví. Después de dos años pensé en regresar a aquel lugar, con todas las dudas del mundo, sin ninguna expectativa y con la única intención de mirar con los ojos ya limpios después de tantas lágrimas. Conseguí deshacer los nudos que enlazan el lugar que es con la añoranza de lo que fue y, ahora, un año después, retomo el camino que me lleva a un lugar que ya me pertenece.
Jódete, señora Danvers. Manderley ahora es sólo mío y vuelvo por fin para quedarme.
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