Siempre hay una espina que, al ser quitada, duele más que las demás. Afortunadamente, suele ser la última que quedaba pero es precisamente esa consciencia de ultimidad la que hace que la arranquemos con más rabia, sin ninguna piedad y trascendiendo el miedo a la hemorragia y a destrozarnos la carne. Para eso ya nos hemos aprovisionado antes de los suficientes medios humanos y materiales para aliviar el dolor.
1 comentario:
Ahí, ahí con fuerza y sin dudar. Se quita d un tirón y claro que va a doler, pero como ya lo sabemos, y hemos puesto remedio, no nos viene por sorpresa.
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