Nos venden como democracia lo que no es sino un menú concertado en el que, como mucho, sólo podemos elegir entre carne y pescado. ¿Qué pasa entonces con las personas vegetarianas, veganas, intolerantes al gluten o alérgicas al pimiento o al kiwi?
La auténtica democracia es una cena "de traje" en la que cada cual lleva sus mejores platos para compartirlos con el resto. ¿Te apuntas?
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